Es posible

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El otro día estaba yo esperando a que mi niña saliera de gimnasia rítmica en el vestíbulo del polideportivo municipal y me encontré un espectáculo que pocas veces se ve. Bueno, seguramente en dicho vestíbulo se verá muy a menudo, pero en el resto de este mundo lleno de prisas y egoísmo no es tan común como debiera. Y es que es posible, cuando se pone un poco de uno TODO es posible
Bueno, no me hago rogar más.

Había un grupo de unos diez o doce jóvenes dando unas voces y unos gritos que llamaban la atención, una chica, que era algo más joven, gritaba sin parar que quería patatas, tenía una pataleta tal que tenían que sujetarla, incluso se llegó a escapar y fue directa a la máquina autoservicio para contemplar su bolsa de patatas fritas. Algunos de los otros jóvenes que estaban con ella trataban de tranquilizarla, un chico la sujetó a lo que ella respondió mordiéndole en el brazo, aparentemente no fuerte, pero los mordiscos eran continuos, uno tras otro. Al poco dejó de morderle, estaba más tranquila, pero seguía revolviéndose. Mientras sucedía todo esto había una chica que seguía intentando tranquilizarla con una calma y una comprensión increíbles, el chico “sufridor” de los mordiscos se dejaba hacer sin dejar de sujetarla con cierta delicadeza. Parte del resto del grupo estaba algo alborotado también, seguramente debido al “incidente” de las patatas fritas, pero no tanto, sólo llamaba la atención otra chica que había cogido a otro por banda y estaba pellizcándole en la cara. El nuevo “sufridor” respondía exactamente igual que el anterior, trataba de tranquilizar con calma y sosiego. La misma chica que estaba tranquilizando a la “chica de las patatas fritas” se puso a ayudar al pellizcado.

Puede que ya hayáis caído, o puede que no, pero sí, era un grupo de chavales jóvenes que iban de acompañantes con un grupo de (no sé cómo llamarlos) ¿disminuidos psíquicos?.

En mi barrio hay un centro que cuidan a este grupo de la población y se les puede ver paseando en grupo por la calle acompañados por chicos jóvenes, y al parecer, según vi el otro día, también les llevan a la piscina.
No sé si los “cuidadores” o monitores son personal pagado o son voluntarios, de todas formas sea como sea lo que estaban haciendo esos chicos no tiene precio.

Es increíble ver con el cariño y delicadeza que estaban tratando a estas personas a pesar de lo mal que se estaban portando: de los gritos, de los pellizcos y de los mordiscos. Aunque pienso que eso no es que se portaran mal, en este tipo de personas no se puede decir eso.
Es increíble ver la paciencia y entendimiento hacia estas personas que demostraron unos chavales de poco más de veinte años con unos semejantes que lo que necesitan es eso: paciencia, entendimiento y cariño.
Es increíble ver lo que algunos somos capaces de hacer a cambio de nada y lo poco que hacemos otros a pesar de que nos den mucho más de lo que merecemos.

Creo que siempre es posible poner nuestro grano de arena en todo aquello que hacemos y dar ese toque de distinción que permita a los demás dibujar un poco de felicidad y gratitud aunque sólo sea en su mirada.

¿Y tú? ¿Tú lo haces?



^^Arriba^^

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